
Como lo prometido es deuda os paso un relato que mande al Heraldo para un concurso de relatos cortos. Espero que os guste:
Siempre que veo que el sol se abre paso en un día de lluvia oteo el horizonte buscando el arcoíris. La excusa oficial es para enseñárselo a mis hijas pero en realidad quiero verlo yo. Y seguir creyendo que en este mundo puede formarse, en el momento más inesperado, un arco de colores mágico, dibujado en el cielo como por las hadas.
Me considero una oteadora de horizontes buscando siempre cosas mágicas como la brisa que mueve ligeramente, muy ligeramente mi pelo, que acaricia mi rostro a intervalos nada regulares... el mágico vuelo de un ave rapaz... o el viento agitando suavemente las hojas de un álamo al que consigue arrancar palabras... o las sábanas al viento como alas de paloma blanca... o la creatividad de las nubes al atardecer en que combinan la paleta de mis colores preferidos con las infinitas posibilidades de las caprichosas formas que adoptan...
Pero vuelve a ocultarse el sol y con el la posibilidad de que se forme el arcoíris. Y el mundo vuelve a ser gris y monótono. Y las gotas de lluvia se mezclan con mis lágrimas.
Pese a la lluvia y gracias a las lágrimas, elijo el camino mas largo, también el más solitario, para ir a comprar el pan. Es el camino de "La Favorita" una carretera empinada y poco transitada que va a dar a la carretera Francia. Tras otra cuesta se llega al paseo de la Cantera. Allí está "El banco de la salud" que sigue denominándose así pese a que hace años desaparecieron tanto el magnifico olmo, reponedor de energías para los peregrinos del camino, como el banco circular de piedra que lo rodeaba. Desde allí hay una vista espectacular de pequeño valle que forma el curso del río Aragón. Donde me bañaba de pequeña. Donde ahora no llevo a nadar a mis hijas. El agua no esta limpia. No es solo que no haya depuradoras en los pueblos curso arriba. Es que hemos "humanizado" la montaña de tal modo que alojamos a miles de personas en la cabecera de los ríos... donde de forma natural, sería un sitio inhabitable...
En días como hoy se ve llegar la raca por las montañas del fondo. Las nubes, más negras que grises, pasan al lado de Collarada y bajan de una forma que sorprende por su rapidez hacia donde yo me encuentro. Es precioso ver formarse una tormenta. Sobretodo cuando tienes refugio cerca, un hogar al que volver. Pero yo me pregunto si Aragón se estará dando cuenta de la tormenta que se le avecina con su ambición pasando por encima del medio ambiente y si todavía habrá algún hogar al que volver y protegerse de las inclemencias...
Me considero una oteadora de horizontes buscando siempre cosas mágicas como la brisa que mueve ligeramente, muy ligeramente mi pelo, que acaricia mi rostro a intervalos nada regulares... el mágico vuelo de un ave rapaz... o el viento agitando suavemente las hojas de un álamo al que consigue arrancar palabras... o las sábanas al viento como alas de paloma blanca... o la creatividad de las nubes al atardecer en que combinan la paleta de mis colores preferidos con las infinitas posibilidades de las caprichosas formas que adoptan...
Pero vuelve a ocultarse el sol y con el la posibilidad de que se forme el arcoíris. Y el mundo vuelve a ser gris y monótono. Y las gotas de lluvia se mezclan con mis lágrimas.
Pese a la lluvia y gracias a las lágrimas, elijo el camino mas largo, también el más solitario, para ir a comprar el pan. Es el camino de "La Favorita" una carretera empinada y poco transitada que va a dar a la carretera Francia. Tras otra cuesta se llega al paseo de la Cantera. Allí está "El banco de la salud" que sigue denominándose así pese a que hace años desaparecieron tanto el magnifico olmo, reponedor de energías para los peregrinos del camino, como el banco circular de piedra que lo rodeaba. Desde allí hay una vista espectacular de pequeño valle que forma el curso del río Aragón. Donde me bañaba de pequeña. Donde ahora no llevo a nadar a mis hijas. El agua no esta limpia. No es solo que no haya depuradoras en los pueblos curso arriba. Es que hemos "humanizado" la montaña de tal modo que alojamos a miles de personas en la cabecera de los ríos... donde de forma natural, sería un sitio inhabitable...
En días como hoy se ve llegar la raca por las montañas del fondo. Las nubes, más negras que grises, pasan al lado de Collarada y bajan de una forma que sorprende por su rapidez hacia donde yo me encuentro. Es precioso ver formarse una tormenta. Sobretodo cuando tienes refugio cerca, un hogar al que volver. Pero yo me pregunto si Aragón se estará dando cuenta de la tormenta que se le avecina con su ambición pasando por encima del medio ambiente y si todavía habrá algún hogar al que volver y protegerse de las inclemencias...



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