lunes, 10 de junio de 2013

Luces y sombras de la maternidad


Las mujeres... O mejor, yo. como mujer, le doy muchas vueltas a mi papel en el mundo. La maternidad es una parte, hoy en día no obligatoria, pero aun considerada fundamental por la mayor parte de la sociedad.
Las mujeres aun tienen que justificar su deseo de no ser madres. Algunas optan por mentir o ocultarlo, hartas de que las miren como alguien con un serio problema sicológico. Mientras que los hombres pueden tomar una u otra decisión sin que esto "les marque"
Yo nunca había querido tener hijos, hasta que conocí a mi pareja actual. Con lo cual me estoy pasando, cada vez más, a los que, como Sabina, proclaman que somos más física y química de lo que nos creemos.

Pero una vez metidos en el asunto hay que echar toda la carne en el asador.
Ves como salen tus retoños, crecen y no puedes evitar pensar, en alguna ocasión, que eso te quita parte de tu energía.
El "yo" de una madre queda diluido con los hijos por muy marcada personalidad que tengas. A partir de entonces serás la "madre de" perdiendo tu nombre por el camino.
Lo cierto es, que yo me lo paso mejor con ellas. Pienso en unas vacaciones sin la visita obligada al "aguapark" o al parque temático de turno y me deprimo.
Ya lo dicen los viejos: los niños son alegría.
Y toda esa energía positiva (a veces también negativa) se te contagia.
He aprendido más a negociar siendo madre, que en la política. Y eso también tiene tela...

En definitiva, que ojalá que un día, no muy lejano, las mujeres en el mundo puedan elegir ser o no madres sin presiones de ningún tipo. Y en el caso de que desean serlo, puedan elegir el momento y el número que quieren y pueden cuidar adecuedamente. Y que, junto a la naturaleza, hagamos un mundo (menos poblado de humanos) pero mas acogedor para tod@s.
Una de las cosas que más me revuelven el alma, es pensar en que estábamos en el punto humano del planeta en que podríamos haber hecho un reparto justo de recursos para erradicar el hambre. Pero en lugar de eso, hemos tirado por el camino contrario: hacer mayores las desigualdades.
Habrá que ver a que nos lleva eso, pero estoy segura de una cosa: la mujeres saldremos perdiendo.
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