lunes, 12 de mayo de 2008

Concesiones a la imaginación

Me voy dando pequeñas concesiones diarias a la imaginación.
Como emparejar a los desconocidos que me encuentro:
  • La chica que salió de un Renaul5 blanco, con largos mechones rastas y un chucho, con el chico mas serio y formal pero de andares armoniosos y listos para la aventura, que paseaba un seter rojo. Los dos se cruzan en los glasis de la ciudadela, se miran uno a otro, gustándose mutuamente. Pero la mirada solo dura un instante, los 4 segundos que socialmente se permite mirarse entre dos desconocidos. Los perros (sabios en este oficio de celestinos y en muchos otros) acaban haciendo el resto...
  • El hombre eterno deportista y optimista, pelo blanco, con la señora gruñona pero interesante que esperaba en la puerta del gimnasio de yoga.
  • O el efecto que causaría mi sonrisa en el chico que cruza por medio de la calle, silbando, cargado de bolsas de compra, después de que acababa de cruzarlo por el sitio correcto (o sea el paso de cebra) y la dirección contraria, hacía solo un momento.
Pero hay que volver a la vida real y lo cotidiano... "Empieza haciendo lo necesario y acabarás haciendo lo imposible" Aunque a veces pienso que nos desgastamos demasiado con lo "necesario"
¿Tantas necesidades tenemos? ¿de verdad son necesidades?
Pero esas reflexiones serán para otra ocasión
Besos, todos los posibles

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