sábado, 5 de julio de 2008

Adios de nuevo

Primero el curso de la universidad de verano, luego el viaje a EuroDisney... supongo que tengo suerte. Pero entonces, ¿porqué me siento tan mal y tengo tantos miedos?
Será parte de la vida.
Eso me recuerda al algo que escribí hace años: "Gracias también por el miedo..."
Gracias
Gracias por este cielo gris
Por el sonido, aun el estridente, de los pájaros
Gracias por el viento
que me acompaña casi siempre que quiero
Que me ofrece toda una danza
moviendo delicadamente las hojas de una acacia.
El viento no me olvida.
Dios tampoco.

...
Y, después del tan esperado
te quiero,
porqué en lugar de la seguridad
aparece el miedo,
que es lo que ahora mismo siento.
Sí, en mi vida,
nunca jamás me sentí tan segura, ni tan feliz,
que en el hueco cálido
en el nido que forman sus fuertes brazos.

Nunca me sentí tan cómoda
en la mirada de otra persona.

El miedo, por lo visto,
es necesario
por lo tanto,
Gracias también por el miedo.
El miedo siempre me ha indicado el camino. Generalmente enfrentándome a él.
Como esta semana he estado muy inspirada y productiva (¿quién dijo que escribir era una actividad improductiva?) el/la que caiga por aquí podrá leer un rato largo.
Espero que nos leamos a la vuelta.
Besos, todos los posibles
Amparito
¿Cuantos son todos los besos posibles?
(bueno, eso ya será para otra ocasión...)

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