viernes, 25 de julio de 2008

El poder de un nombre

Hay que ver el poder que tiene un nombre. En el libro "El pájaro del alma" de Michal Snunit dice que cuando alguien pronuncia nuestro nombre, el pájaro del alma escucha con gran atención para averiguar de qué clase de llamada se trata. Cuando alguien nos quiere, el pájaro del alma salta y da brincos, haciendo piruetas y moviendo las alas. Cuando el pájaro del alma escucha su nombre, o el nombre de su amado es feliz.
A mi me encanta escribir los nombres, dejar que fluya la tinta sobre el papel haciendo que la magia de la comunicación se cumpla. Los grafitis en las paredes son lo mismo. Son llamadas a la comunicación, a la expresión, un grito que rompa con la incomunicación y la soledad.

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