miércoles, 19 de noviembre de 2008

Dos de la madrugada

(una de las cosas que quiero hacer en esta vida es aprender a hacer fotos a la luna.
Aunque supongo que se requerirá un trípode y más paciencia de la que yo poseo)

*Te lo escribo en el cielo (97)

¿Te lo escribo en el cielo?
¿Se lo leo a las estrellas?
¿Qué lo escuche el viento?
Solo sé que no duermo
son las dos de la madrugada
y te quiero.

¿Qué digo alguna mentira?
¿Qué soy fanfarrona y esquiva?
¿Qué me dejo llevar por lo que opinas?
Solo sé que no como
son las dos de la madrugada
y te necesito.

¿Qué mi mirada te inquieta?
¿Qué mis palabras te confunden?
¿Que mi actitud te acobarda?
Solo sé que no vivo
son las dos de la madrugada
y te deseo.
No solo con el cuerpo
si no también con el alma

(Quien no haya pasado por esto es que no ha estado enamorado. Llevo un par de noches despertándome a la dos y media de la madrugada... pero aun no he averiguado la razón... Al menos hecho un vistazo a las parpadeantes estrellas y a la siempre cambiante luna y hasta "el destino cruel" me regaló el paso de una hermosa fugaz. Por supuesto que aproveché para pedir un deseo. La helada nocturna cubría todo, coches, casas, farolas, sueños... con una mágica capa blanca brillante. Parecía que acababa de pasar
la dama del invierno...)

2 comentarios:

Matías Mugione dijo...

Que lindo poema, y si, me he sentido así o parecido. Acostarse y tardar en dormise por llorar, despertarse y no poder dormir mas por llorar. Llorar y pensar. Pensar y recordar. A veces hasta se hace imposible dormir y pasas alguna noche en vela...

Muso dijo...

a las 2am te escribo.