Erase una vez una niña que quería ser imaginadora.
-Eso no existe -le decían
Pero ella no desistía
Seguía viviendo su propia historia.
Tomando sus propias decisiones
A veces dejándose llevar por la inercia.
Otras cayendo en pozos de tierras pantanosas de nieblas y lentos pasos...
Pero sin parar jamás, siguiendo un impulso secreto de su corazón, seguía caminando.
Aunque pareciera que se equivocaba una y otra vez, no hacía sino que acumular experiencias.
Al menos no se quedaba diciendo: "que hubiera pasado sí..."
Así, andando, andando, unas veces despacio,
otras volando
había llegado a este año de encrucijada en su vida
en que había decidido
contar sus sueños.
No fijándose en los de los demás
si no siendo su propia autorreferencia
Y aquí esta la mujer
ya más que crecidita
siguiendo lo que siempre
quiso hacer:
Ser imaginadora
Poner mi imaginación
a disposición
del mundo entero.
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1 comentario:
Y encantados que estamos algunos de que así sea Doña Amparito.
Un besazo.
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