Siempre me pregunto cuantos de nuestros sueños incumplidos, queriendo o sin querer, intentamos trasladar a nuestros hijos. Ellos deben tener sus propios sueños y nosotros respetarlos. Hasta ahí casi todos deacuerdo. Pero a veces podemos pecar precisamente de lo contrario. Por no influir en sus propias decisiones no les contamos lo que imaginábamos nosotros en nuestra infancia... y les privamos así de nuestra propia experiencia.
Al final la vida se abrirá camino. Es bueno contar nuestra experiencia sincera. Formará parte del conocimiento de la humanidad.
3 comentarios:
Los sueños son para compartirlos, sobre todo con alguien tan especial como tus niñas para tí. Razón tienes en decir que no hay que imponerlos, pero compartirlos con ellas seguro que les hará tener recuerdos maravillosos de adultas.
Un beso guapa!
En mi caso, creo que los sueños y mi infancia están en mis hijos de forma permanente. Es más siempre me dicen, ¿oye, papá, cuando eras pequeño...?
Sí, Pi, cuando éramos pequeños.
Por fin llovió en Madrid.
Besos.
Como dice Sonia, los sueños son para compartirlos.
Dar la experiencia propia a los propios hijos es una de las minimas cosas que podemos hacer...
^^
BESOS ENORMES!
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