Ayer dimos un paseo por el bonito y conservado pueblo de Daroca. Pero lo que más me gustó no fue sus iglesias, castillos y murallas bien conservadas o restauradas, ni siquiera las dos puertas, la Alta y la Baja, por las que siguen pasando los coches y mulos tirando carros en la calle Mayor.
Me gustaron sus árboles: unos plátanos, uno de mis árboles favoritos, centenarios en el paseo.
Y me gustaron sus gentes, que parecen combatir esto de la crisis con mucha imaginación y ganas.
Probamos las turmas, un tubérculo parecido a la patata, que vendían en una vinagreta suave de la marca Aneba del Bajo Aragón.
Y me gustaría añadir las fotos del paseo al estilo que hace Sonia con sus viajes (que nos cuenta hasta la ruta que es conveniente coger en un metro de Japón) o la más puro estilo Tempero, descubriendo cosas curiosas que pasan desapercibidas por los que allí pasan o gentes que siempre nos enseñan algo solo por la manera en que están en el mundo... pero hoy no me deja el ordenador poner fotos. Seguramente yo tampoco supiera hacerlo tan bien.
Quizás otro rato.
Probamos las turmas, un tubérculo parecido a la patata, que vendían en una vinagreta suave de la marca Aneba del Bajo Aragón.
Y me gustaría añadir las fotos del paseo al estilo que hace Sonia con sus viajes (que nos cuenta hasta la ruta que es conveniente coger en un metro de Japón) o la más puro estilo Tempero, descubriendo cosas curiosas que pasan desapercibidas por los que allí pasan o gentes que siempre nos enseñan algo solo por la manera en que están en el mundo... pero hoy no me deja el ordenador poner fotos. Seguramente yo tampoco supiera hacerlo tan bien.
Quizás otro rato.
1 comentario:
Me halaga que llames descubrimientos a las palabras que saco a colación al más puro estilo Tempero. Creo que los plátanos más descomunales son los que están en Aranjuez. Claro, toda la ciudad es como un gran jardín botánico y están bien regados. ¡Así cualquiera! De todas formas, no cambio esos plátanos por mis 'quercus'. Ayer, sin ir más lejos, en un pueblo de Ávila con un nombre bellísimo, dispensé emoción a diestro y a izquierdas (la palabra siniestro no me gusta, izquierdas, sí)al ver las rotundas encinas del paraje.
Besos.
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