
Antes, los cuentos, los escuchaba toda la tribu. Ahora solo son para los niños.
Eso que nos perdemos. Algunos siguen intentándolo con algo que les ha dado por llamar "oralidad".
Yo estuve en un par de cursos con Garzón, aprendiendo mucho de la transmisión y la sabiduría que encierra la transmisión oral. Pero también fue una gran desilusión para mi. No tengo concedido el don de la palabra y lo que en principio me parecía algo maravilloso se convirtió en algo para lo que tuve que reconocer no estar hecha.
Siempre se aprenden cosas y se transmiten, quieras o no quieras.
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