
Os quiero regalar un cuento para esta noche de reyes:
Habíase un cura de ciudad grande pero parroquia pequeña al que le encantaba el arte moderno. Tenía que hacer su parroquia en un barrio nuevo, de casas recién estrenadas en lo que antes, mucho mucho antes había sido un lago que daba al mar, luego el meandro del río Urumea y ahora un barrio llamado Riberas de Loiola.
Este cura tenía un amigo al que no le daba miedo nada. Creía en el poder de los sueños y esa era su mejor arma.
Puestos a soñar, se dijeron los dos amigos, nos gustaría que la nueva iglesia la construyera Moneo.
Y dicho y hecho. Sin un duro en el bolsillo se fueron a ver a Rafael Moneo que les recibió muy gustoso:
- No faltaba más, les dijo, me encataría entrar en este proyecto
¿Y la pasta? os preguntareis
Pues la pasta es lo que menos importa le decía el amigo, al que bautizaremos con el nombre de Juan.
Juan se puso a buscar aquí y allá y encontró financiación para su ambicioso (¿imposible? ya veremos) proyecto...
Y lo consiguió (total con poner un supermercado en el terreno y alquilar unas cuantas plazas de parking lo tenemos todo solucionado...)
Y fueron pasando los años.
Ellos perseveraron.
Primero tuvieron una maqueta de Moneo que ir enseñando a los que todavía les decían que era un proyecto descabellado...

Luego vino la primera piedra
Y ahora están a punto de inaugurarla
Lastima que les falte lo básico: gente joven que viva su proyecto como propio y haga parroquia desde abajo...
Pero eso ya es otro cuento
Besos, todos los posibles
Y que los reyes sean buenos con vosotros, como vosotros lo habéis sido con el mundo donde vivimos



2 comentarios:
No hay nada mejor que un cuento para hablar sobre algo real, ¿verdad?
Espero que los reyes hayan sido buenos y abundantes contigo, preciosa!
:D
Pues si
Lo que demuestra que los sueños, por muy locos e imposibles que parezcan pueden cumplirse
Y los reyes bien gracias
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