Esta pequeña criaturilla amaneció en el pasillo de casa la semana pasada.
Justo al liberarla en la terraza salió el tímido sol de invierno (que a estas alturas ya empieza a calentar un poquito) Ella abrió las alas muy, muy lentamente hasta que estuvo preparada para volver a volar.
Fue un momento maravilloso que quería compartir con vosotros que me leéis desde cualquier parte del mundo y llegáis a este rincón del planeta para darle un poco de luz. Gracias de nuevo.
2 comentarios:
Magnanimidad y nobleza de ánimo-Mano generosa y regalo. Gracias!
Esta entrada está dedicada a ti Rodolfo.
Gracias por comunicarte, por hacer el esfuerzo de emplear otro idioma y saltar las fronteras que no son sino rayas imaginarias...
Gracias a ti y hasta que vuelvas otra vez al camino
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