¿Y quién somos nosotros para decir que es más ecológico, más sostenible y, por lo tanto, mejor para todos, seguir trabajando de modo tradicional la tierra?
¿Somos acaso nosotros los que vamos ha ir al campo a amontonar la hierba en los tradicionales montones en lugar de la maquinaria que los envuelve en un plástico negro automáticamente?
¿Somos los que transportaremos las cosas en montaña con tracción animal en lugar de quemando un petróleo que a tardado siglos en formarse, lanzando gases a la atmósfera y arañando el suelo que a tardado años en ser como es?
Solo digo que es muy fácil hablar (escribir en este caso) pero difícil ponerse en la piel de estos "últimos de Filipinas" de hombres y mujeres apegados a la tierra. Emprendiéndola y amándola. Odiándola y queriéndola dominar. Así hemos llegado donde estamos, a un punto insostenible que no queremos mirar de frente. Pero no podemos hacer por mucho más tiempo como el avestruz que esconde la cabeza.
Habrá que ponerse a la tarea porque luego de nada servirá el "ya lo decía yo"
Pero ¿de donde sacamos la motivación, las ganas, la energía y la inteligencia para hacerlo como es debido?
Mientras pensamos en ello no actuamos. No nos podemos quedar parados. Es tiempo de actuar.
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