Declaro
que no me voy a teñir
que no me depilo
y que no hago ejercicio
para mantener
erguidos mis pechos
ni liso mi vientre
que no me voy a teñir
que no me depilo
y que no hago ejercicio
para mantener
erguidos mis pechos
ni liso mi vientre
ni mis brazos lindos
Declaro
que no uso cremas
antiedad
(eso, sencillamente, no existe)
La edad es tan necesaria
como las mareas:
aparentemente tan poca cosa
y con tanta vida tras ellas
Declaro
que tengo una cana
en mi vello púbico
y ni siquiera sabía
que eso existiera
y que mi ceño se empeña
en marcarse
porque los problemas
del mundo
no me son indiferentes
Declaro
que me duelen las rodillas
algo que nunca me había pasado
hasta hacerme cojear
en algunas ocasiones
y que mis piernas están llenas
de venillas
y de varices
y de celulitis y otras cosas
que simplemente no identifico
pero que antes mi piel
no tenía
Declaro
que he dejado de ser niña
aunque me pese
y que mi colección de focas
ha pasado a mejor vida
Declaro
que soy ciudadana del mundo
en este momento
en este instante
y que seguiré siéndolo
mientras viva
pues no quiero ser nunca más
un muerto viviente.
Declaro
que no tengo estudios, ni títulos
ni el certificado escolar
ni sé inglés
ni informática
ni tengo consola
ni PDA o cualquier otra agenda electrónica
Declaro
que no sé hablar en público
que la mirada del enemigo me quema
y que la mirada de los amigos,
cuando siento que más los necesito,
la noto esquiva
Declaro
que todo esto lo escribo
de madrugada
cuando estoy más lúcida
que en la fría mañana
Declaro
que me da miedo ser yo misma
la yo misma que quiero:
la soñadora
la buscadora de tesoros interiores
y también la loca insensata
Declaro
que seguiré intentándolo
por mí
por ellas
por él
por todos
Jaca a 27 de diciembre de 2010
Declaro
que no uso cremas
antiedad
(eso, sencillamente, no existe)
La edad es tan necesaria
como las mareas:
aparentemente tan poca cosa
y con tanta vida tras ellas
Declaro
que tengo una cana
en mi vello púbico
y ni siquiera sabía
que eso existiera
y que mi ceño se empeña
en marcarse
porque los problemas
del mundo
no me son indiferentes
Declaro
que me duelen las rodillas
algo que nunca me había pasado
hasta hacerme cojear
en algunas ocasiones
y que mis piernas están llenas
de venillas
y de varices
y de celulitis y otras cosas
que simplemente no identifico
pero que antes mi piel
no tenía
Declaro
que he dejado de ser niña
aunque me pese
y que mi colección de focas
ha pasado a mejor vida
Declaro
que soy ciudadana del mundo
en este momento
en este instante
y que seguiré siéndolo
mientras viva
pues no quiero ser nunca más
un muerto viviente.
Declaro
que no tengo estudios, ni títulos
ni el certificado escolar
ni sé inglés
ni informática
ni tengo consola
ni PDA o cualquier otra agenda electrónica
Declaro
que no sé hablar en público
que la mirada del enemigo me quema
y que la mirada de los amigos,
cuando siento que más los necesito,
la noto esquiva
Declaro
que todo esto lo escribo
de madrugada
cuando estoy más lúcida
que en la fría mañana
Declaro
que me da miedo ser yo misma
la yo misma que quiero:
la soñadora
la buscadora de tesoros interiores
y también la loca insensata
Declaro
que seguiré intentándolo
por mí
por ellas
por él
por todos
Jaca a 27 de diciembre de 2010
6 comentarios:
Que valiente que eres, pero muchas de las cosas que declaras, nos pasa a todos los que estamos en los cuarenta, no obstante tenemos mas de mil motivos para sentirnos vivos. Abrazos............
Te ha faltado declarar que no tienes pelos en la lengua, pero eso sa se ve.
Adoro la sinceridad.
Besos, Pi.
Quitandose la máscara. Lindo!
Gibran Kalil Gibran - El Loco
Me preguntáis como me volví loco. Así sucedió:
Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que
me habían robado todas mis máscaras -si; las siete máscaras que yo mismo me había
confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas-; corrí sin máscara por las calles atestadas de
gente, gritando:
-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!
Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a
refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su
casa, señalándome gritó:
-Miren! ¡Es un loco!
Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma
se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!
Así fue que me convertí en un loco.
Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser
comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.
Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón
encarcelado está a salvo de otro ladrón.
Muy bien Amparito ¡¡Santa Locura!! Ya puede quedar un poco de locura, me apunto.
Besos y Feliz 2011.
Franché
Gracias y feliz año a tod@s
A ser valientes en esta vida (provablemente no tendremos otra para seguir intentándolo...)
Besos, todos los posibles
:):)
Publicar un comentario