jueves, 29 de diciembre de 2011

Serie 7: Propósito tercero comer alimentos naturales y alimentar mi mirada con espectáculos gratuitos

 Estos frutos, a los que yo, equivocadamente, llamaba ceroldas, son nisporinas, o nispolas o... algo así. Yo solo las he visto aquí. Por supuesto no se suelen vender en las tiendas. Son algo que te regala alguien que tiene algunos en su huerta... "-Total... para que se pudran" Y es eso lo que exactamente parecen: frutos podridos... Pero una vez más las apariencias engañan. Son unas frutas deliciosas entre el sabor del higo y la manzana reineta o el membrillo... riquísimas aunque feotas.
Espero disfrutar muchos años de esta delicia que pueden disfrutar muy pocos... y que, seguramente, acabará perdiéndose, como tantas especies locales difícilmente comercializables....
Gracias a Esther y su familia por esta barquilla de la que, en esta casa, damos buena cuenta...

***
Y este es otro de los espectáculos gratuitos a los que ya tengo acostumbrados a los visitantes de este blog...
Ahora que el PP baja por primera vez en España el sueldo mínimo (lo que entre ellos se pagan por una conferencia de dos horas... y me quedo corta que al Pauner le ha pagado el Partido Popular 1000 € por una charlita) tendremos que volver a cultivar los montes... como después de la guerra... ¿Exagero? Pues que se lo pregunten al director del banco de alimentos que está desbordado con un millón UN MILLÓN DE PERSONAS que le demandan comida...
Es vergonzoso... no me cabe en la cabeza como pueden creer que sobreviva una familia con 641,4 €. No subir el IPC es bajar más todavía el poder adquisitivo de estas pobres personas que son muchas más de las que nos pensábamos... Paga con eso Casa, comida, luz, gas, ropa... y ya no da para más, ni llega.

Bueno: mi propósito de hoy, el de todos los días: hacer un mundo mejor para tod@s
***

2 comentarios:

Sonia dijo...

Con lo de los alimentos, si te pierdes, te doy un par de trucos de vegetariana, jejeje
Y, de paso, te felicito el año!!!!

Amparito dijo...

Gracias Sonia
Lo tendré en cuenta si vuelvo a sincronizar mi ideología con mi alimentación...
La última vez que fui vegetariana, mi hija Luna, desde mi tripa me pidió carne... Y así sigue... tan carnivora ella... aunque le dan pena los animalitos que matamos para comer.