No se como explicarlo, pero al igual que ahora se que me gusta el orden, (aunque a veces viva en el caos) se también, de mi tendencia al síndrome de Diógenes (el de acumular cosas sin sentido).
A ver, cuando voy algún sitio público, no me resisto a coger algún folleto. Todos me parecen interesantes, desde la mosca negra, a los nuevos métodos anticonceptivos (que yo ya no tengo que utilizar... pero algún día lo harán, imagino, mis hijas)
En fin, que cojo cosas que sé positivamente que no voy a tener tiempo de leer, a no ser que la consulta se alargue, algo que también pasa con frecuencia, pero suelo llevar un libro para estos casos, o escribo que es mi afición favorita
Pero el problema de los folletos no es cogerlos si no, no saber dejarlos o tirarlos.
Siempre me ocurre.
A veces, he hecho el firme propósito de no coger más. Pero, simplemente, lo olvido.
Bueno, eso hace que cuando reviso una carpeta me encuentre con cosas ya olvidadas. Olores de gente que poseyó ese objeto. Sensaciones que no tienen precio y es la razón por la que no voy a cambiar. Me gusta como soy y eso es una gran ventaja. No todo el mundo puede decir lo mismo.
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Obra de plastilina familiar de hace 5 años + - que, por supuesto, no conservamos...
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