viernes, 8 de agosto de 2008

Paseando a tu madre

Paseas a tu madre del brazo
como tantas veces ella a ti te paseó
Su piel pasa
Sus ojos, todavía, chispeantes.
Tal vez porque le haga ilusión salir a pasear con su hija.
Sentir que aun puede apoyarse en alguien
para dar pasitos cortos
que desplazan un cuerpo encogido
y ven la vida desde una sabiduría
que cada día, de no escucharnos,
vamos perdiendo.

*Inspirado en una amiga que vi. Ya me gustaría a mi ser una buena hija... pero soy demasiado independiente y egoísta. Y no se si mi "particular" madre se dejaría... le gusta cuidarse sola. Es libre y a mi me gusta así. Ojalá le dure siempre.

9 comentarios:

Kerly dijo...

Gracias.

Santa dijo...

Miro a mi madre con ochenta y tres inviernos pasados.
Miro a su cuerpo desgastado de tanto trabajar,
y ahora que no me oye,
le diré a la muerte que espere un poco más.
A que la abraze muy fuerte,
a que la de un beso guardado de cuando era un niño
y ella la mujer que más he amado.

Un beso de Recuerdos Ampa

Anónimo dijo...

Que cierto, pasa el tiempo , y nos olvidamos de sentarnos a escuchar a los mayores. Las cosas cambian , pero yo sigo pregúntandome todo lo que me podría haber contado mi abuelo, todo lo que aun me puede contar. Todo lo que mi madre debería de explicarme en vez de perder el tiempo en discusiones tontas por no hacer la cama. Verdad?

Saludos :)

animsai dijo...

No he podido evitar que las lágrimas salieran de mis ojos...

No he pensado en el paseo con mi madre, lo he imagino con mi abuelo, mi abuela y mis dos tías abuelas...con dos de ellas lo hecho como un recuerdo demasiado lejano, con los dos restantes como algo que sucedía hasta hace algún tiempo...

La fragilidad que tienen las personas mayores, el miedo que siente al hacer cada paso y a su vez la seguridad que sienten cuando pueden ir cogidas del brazo de alguien...sobretodo cuando este alguien es un ser querido.

Las palabras que pronuncian, a veces con más o menos facilidad, son regalos que nos ofrecen con su experiencia, con su inocencia, con su dulzura y con todo su agradecimiento al ver que no están solos...

Ojalá pudiera repetir aquellos paseos...pero los alejaron demasiado de mí o ya no pueden levantarse...

Gracias por hacerme pensar en las personas que más quiero...y como decía una de mis tías que en paz descanse..."volviendo a la vejez somos niños otra vez"...

Besitos

Montoyica dijo...

Bonito poema...

Y cuanta razón, cada vez tenemos menos en cuenta lo que nos dicen las personas mayores.. no escuchamos, y tienen muchas historias y anecdotas q contar.. a mi con mi abuela se me cae la baba escuchando como se las ingeniaban para sobrevivir con muy poco en la postguerra..

Tu madre tiene suerte de que la pasees.. en un mundo en que dejarlos en una residencia sin apenas visitarlos o olvidarse de ellos esta a la orden del dia

Vantysch dijo...

Afortunadamente mi madre es joven y esta sana, pero vivo con el temor de que un día ya no me reconozca. Mientras yo viva tendrá un brazo en el que apoyarse...

Realmente una preciosa poesía. Muchas gracias :)

Amparito dijo...

Gracias a tod@s pero esta hija adorable no soy yo, aunque, ya me gustaría...
Teneis suerte de ser tan buenas personas y tan sensibles... seguir asi.

Anónimo dijo...

Acabo de aterrizar en internet tras casi un mes de abstinencia y sin mono. Y me encuentro con ese pedacito de cielo hecho poema. Gracias Pilar. Mi madre supera en mucho los ochenta. Es una mujer muy libre. Fijaros si es libre que su única pesadilla es que, un día, su vejez nos prive de libertad a los demás. Ha dado tanto y es tan bella por dentro. En nuestros paraisos privados casi siempre hay una madre con la mano pegada a la fiebre de nuestra frente. La paz no es una paloma blanca. Si alguien tuviera que avisar al hombre de que la tierra está próxima, de que cesa el diluvio, seguro ese alguien sería una madre.
Es frñagil por fuera, efectivamente, pero es un ciclón por dentro.
Por nuestras madre, incluso por las que no tuvieron ni tiempo de una beso en la frente de esos que mejoran mucho más que el apiretal.
Gracias Pilar.
cris

Amparito dijo...

Gracias, siempre gracias
Tú, a mi, si que me has hecho llorar