lunes, 4 de agosto de 2008

Ver llover

Sentarse a ver llover.
Apoyarse en el quicio de la ventana fumando. Arrascarse la cabeza, justo en el borde de la gorra que no te has quitado ni para cenar.
Ver llover tan intensamente, mientras oyes los sonidos metálicos de los cacharros que recoge Carmen tras de ti.
Mirada al horizonte.
Pensamientos lejanos.
Hasta que ella no aguanta más tu aislamiento voluntario y sus celos le hacen traerte de nuevo a la vida, al presente.
Con cualquier excusa. Cualquier excusa vale:
-¿Te guardo estos huesos para los perros de tu amigo el cazador? -pregunta cuando ya los ha guardado en una bolsa de plástico anudada con sus dos asas blancas.
Plástico contra plástico.
Residuo contra residuo.
Y de los residuos del amor que una vez sentiste por ella, intentas rescatar una parte, la menos dañada para mirarla sin rencor.
Mirarla, quizá, hasta con amor.

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2 comentarios:

animsai dijo...

Ver llover...precioso título...

Me encanta sentarme a mirar la lluvia, estirarme y contemplar como las nuves lloran, observar como cae gota tras gota...pensar en si se acercará la tormenta o simplemente será agua para refrescarnos...

La lluvia me hipnotiza...consigue que la contemple horas y horas sin tener en cuenta el tiempo que pasa...al fin y al cabo tampoco noto su paso sobre mí...ya que mis pensamientos vuelan y se refrescan con la mejor agua...aquella que nos regala el cielo sin más...

Cuando te hacen desconectar de tus pensamientos suele costar reaccionar, sobretodo al saber que simplemente lo hacen por no verte aislada cuando eso lo has decidido tú...y mirar a una persona de la que estuviste o estás enamorada siempre suele costar...como enfocar la mirada sin que la otra persona se entere de cosas que quieres ocultar?

besitos

Amparito dijo...

Pareces un personaje de novela... como en los relatos de Carlos Castán. Te lo recomiendo. El tambien habla mucho de la lluvia en sus preciosos relatos.
Nunca me habían hecho un comentario tan largo... y tan bonito.
Gracias, triste vida,
amparo