En las pocas ocasiones que la vi o era demasiado pequeña para acordarme o estaba en la dura adolescencia centrada en mi misma. Una cosa que si recuerdo es que nos enseñó ha hacer pegamento con harina.
Mi padre es el niñito de rizos montado a caballito que se apoya en su madre.
Al final de la sesión fotográfica, cuentan las crónicas familiares, que mi padre quería llevarse el caballito a su casa... y cogió una buena pataleta...
Siempre me pareció un entorno de cuento, al que yo no pertenecía.
1 comentario:
Pues mira, una monada, era tu padre.
Besos
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