sábado, 7 de febrero de 2009

Me gustan los tejados


Debí ser gata en una vida anterior, o en esta misma.
En otra casa que tuve en el casco viejo, salía al tejado con mis gatos y mi perrita Hada (que se atrevía como un gato más) a pensar, por donde chocaban todos los pensamientos de los demás habitantes del barrio (viejos, emigrantes y gitanos, principalmente) Algunos pensamientos salían por las chimeneas y yo los atrapaba, ansiosa de entender algo, aunque no fuera a través de mi experiencia, sino imaginando la de otros.
Me quedé sin hacer la foto (imaginada) de mis tejados preferidos vistos desde la casa de un amigo que finalmente no me avisó antes de mudarse... No se lo tengo en cuenta. Así los tengo solo en mi recuerdo y tengo que ejercitar la memoria que tan abandonada tengo.
Le dedico esta entrada. Se que me lee, aunque nunca me comente nada. Cosa que le agradezco. Me gusta escribir pensando que nadie va a leer esto. De otra forma creo que no podría escribir salvo los días en que me levanto insensata (que no sé si, afortunadamente o desgraciadamente, son pocos)
Besos de nieve a tod@s

3 comentarios:

El barruntador dijo...

Sigo leyendo aunque tampoco escriba.

Amparito dijo...

Besos

cristal00k dijo...

En casa de mis abuelos, habia un tejadillo, encima del pajar, de muy fácil acceso desde una de las ventanas de la cocina y donde gustaban de ponerse los gatos. Yo salía muchas veces con ellos y me ensimismaba leyendo cuentos.
Hoy me los has traido a la memoria. Gracias preciosa.