jueves, 5 de marzo de 2009

...y corto por delante









Estas son las cuatro esquinas del mantel de mi madre. Hierbas y flores que tan solo ella imagina. Mi madre no fue al colegio (solo hasta hacer la primera comunión que luego había que ayudar en casa) pero luego, de mayor se sacó el graduado en la escuela de adultos. Siempre la recuerdo con un libro entre las manos. Digo la recuerdo no porque haya muerto ni porque ahora no lea sino porque se encierra en su cuarto para hacerlo. En su pequeño choquito destartalado, con olor a humo y que cualquier asistente social consideraría propio de una persona con el síndrome de diógenes por las "basuras" en forma de ramitas secas, papeles aparentemente sin importancia, libros apilados en aparente desorden y cama revuelta. El resto de la casa está limpia y en orden pero este rincón es el suyo y lo tiene como le da la gana. Yo la defiendo en sus aparentes manías diciendo que el que a llegado a su edad se merece un poquito de libertad... Pero es difícil de llevar.
Tiene una colcha hecha de "telas buenas, paño viejo" me dice y hilos que ha sacado de aquí y de allá "de reciclaje" me dice. Yo la corrijo: "de reutilización" que es todavía mejor.
La frase del titulo pertenece al algo que yo habría oído mil veces pero nunca se me había ocurrido preguntar el significado: "Que lo disfrutes con salud y corto por delante" les deseaban antes cuando una recién casada se compraba un vestido. El corto por delante aludía al "deseado" embazo que tiraría del vestido dejándolo corto por delante.
Pues eso que os quede corto por delante y tengáis muchos hijos, reales o ficticios, de sangre o imaginarios, de carne y hueso o de talento, hijos que adornen la tierra con vuestra semilla y que nazcan con oídos para escuchar las maravillas que, sin duda, hay tan cerca y tan desnudas.

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