¡Qué maravilla, mamá,
encontrarte durmiendo
esta mañana
como una niña!
Imaginarse lo peor,
al encontrar la doble cerradura
de vuestros cerrojos
todavía echada
y encontrarme lo mejor:
Toda una señora abuela
durmiendo entre sus libros
y sus recuerdos
Con la persiana
abierta de par en par
y toda esa luz
que iluminaba la habitación
y hasta el cenicero
que estaba cerca de tu cara,
en tu improvisada mesilla.
¡Qué maravilla!
Hay quien
no sabría ver
ninguna belleza
en esa imagen
(la yo misma
de hace unos años,
por ejemplo)
Pero ahora,
no se si será
por el cristal de amor
desde el que te miro,
bendigo el momento
en que te encontré,
en lugar de trabajando,
durmiendo.
Duerme
y de paso
ten buenos sueños
No seré yo
quien te despierte de ellos.
***
jueves, 9 de abril de 2009
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1 comentario:
Dormir como duerme alguien que no conoces.
Despertar tan temprano como los mirlos.
Doblar, bajo, la luz. un leve recorrido.
Dar gracias, a lo mejor, también.
Besos, sí.
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