lunes, 24 de agosto de 2009

Dormir al raso en Grosin






Acabamos de desayunar después de haber dormido al raso, bajo las lágrimas de San Lorenzo y despertado con la anaranjada luz del amanecer y la pareja de chotacabras que nos sobrevolaba tan de cerca.



La verdad es que no hace falta dinero para hacer cosas extraordinarias y diferentes. Solo quitarse la pereza de encima y cambiar las cómodas sábanas por el saco de dormir y el colchón por el pasto, el techo por la cúpula mágica de las estrellas por la que de vez en cuando pasaba una fugaz (que aquí, a las de Agosto, se las llama lágrimas de San Lorenzo, supongo que en referencia al martirio que sufrió)



No puedo creer que haya dormido mejor que en casa. Pero así es. Desde luego más fresco hacía y es que aquí, al lado del Pirineo, no estamos acostumbrados a los sofocantes calores con el que este verano nos está obsequiando.



Bueno, os animo a todos a pasar una noche en el raso y si no se puede en el monte, en la terraza, balcón o parque cercano puede valer...




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