Antes de ayer, siguiendo la recomendación de mi compañero, me fui hasta el monte Rapitán. Atardecía. Yo no apreciaba el bonito expectáculo como lo habría hecho cualquier otro día .Pero es verdad que, mientras mi piernas se empeñaban en subir frente al frío y al desnivel, la oscuridad creciente, me sentía mejor. Es verdad, Tempero, que luego se piensa con más claridad. Pero a mi me dura poco.
Al llegar arriba solo se veía el dragón alado que, según mis hijas, forman las luces de la ciudad, y el titinear de las estrellas. Se oía el titinear de una cadena que el viento hacía entrechocar con ese sonido metálico y musical.
Fue un momento bonito. De los que hay que recordar en los momentos que no lo son tanto.
La bajada fue posible gracias a que la luna estaba bastante más que cuarto creciente porque las farolas no estaban encendidas. Esquivaba las sombras de los árboles pintadas en la carretera. Quizá ese sea mi problema: debería enfrentarme más a mis sombras y no tanto esquivarlas.
*La foto corresponde al bonito octubre que tuvimos, Rapitán es el monte de detrás.
4 comentarios:
Me alegra saber que al subir te sintieras mejor, que después pensaras con más claridad, pues aunque durara poco, más vale algo que nada.
Si fue un momento bonito, pues por como lo describes parece precioso, guárdalo en tu memoria y úsalo siempre que lo necesites para robarte a ti misma una sonrisa, para que este recuerdo te de fuerzas para avanzar, como si subieras de nuevo hacia Rapitán.
Si la luna estaba bastante más que en cuarto creciente lo haría por ti, por acompañarte durante la bajada, por demostrarte que valió la pena subir, para que te dieras cuenta que a veces vale la pena cambiar, salir de la rutina, pues algo diferente siempre nos hace sentir mejor.
Respecto a las sombras ya sabes que toca preciosa...tú puedes! Eres realmente fuerte y vales mucho! Creételo y avanza!
Besitos flor!
También me alegro de que te sentase bien, tal y como lo cuentas ya se ve que te hizo sentirte más relajada.
Me encanta esa similitud que hacen tus niñas entre un dragón alado y las luces de la ciudad.
Los niños son un mundo mágico.
Besos preciosa!!
Tris
Casi más que la subida a Rapitán me ha hecho bien leerte
Y ya te he hecho caso: los recuerdos de algo bueno sirven para los momentos malos
Gracias
Sonia
A mis hijas no les falta imaginación...
Y mi Paz, la pienso volver a recuperarla
Gracias
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